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3.3 ¿Cuál es la mejor manera de rezar?

La oración personal

Cualquiera puede orar en cualquier lugar en cualquier momento, ya sea solo o en grupo. Tú construyes una relación con Dios a través de la oración personal, cuando estás a solas con él. Cómo es que oras, realmente no importa: Dios ya está encantado de que tú estés allí.

Cuando oras, es importante que simplemente hables desde el corazón acerca de las cosas que te preocupan. Es un buen hábito tomar algún tiempo para la oración todos los días. Por la noche, también puedes reflexionar sobre tu día de oración y dar gracias a Dios por todo lo que has recibido de él.

 

Hay muchas maneras de rezar. Lo más importante es dedicarle tiempo. Cómo rezar es menos importante, siempre que estés con Dios.
La sabiduría de la Iglesia

¿Cuáles son las cinco formas principales de oración?

Las cinco formas principales de oración son: la bendición, la adoración, la oración de petición y de intercesión, la oración de acción de gracias y la oración de alabanza. [Youcat 483]

¿Qué es una bendición?

Una bendición es una oración que pide la bendición de Dios sobre nosotros. Toda bendición procede únicamente de Dios. Su bondad, su cercanía, su misericordia son bendición. La fórmula más breve de la bendición es “El Señor te bendiga”.

 

Todo cristiano debe pedir la bendición de Dios para sí mismo y para otras personas. Los padres pueden trazar sobre la frente de sus hijos la señal de la cruz. Las personas que se aman pueden bendecirse. Además, el sacerdote, en virtud de su ministerio, bendice expresamente en el nombre de Jesús y por encargo de la Iglesia. Su oración de bendición es especialmente eficaz por medio del Sacramento del Orden y por la fuerza de la oración de toda la Iglesia. [Youcat 484]

¿Por qué debemos adorar a Dios?

Toda persona que comprenda que es criatura de Dios reconocerá humildemente al Todopoderoso y lo adorará. La adoración cristiana no ve únicamente la grandeza, el poder y la santidad de Dios. También se arrodilla ante el amor divino que se ha hecho hombre en Jesucristo.

 

Quien adora verdaderamente a Dios se pone de rodillas ante él o se postra en el suelo. En esto se muestra la verdad de la relación entre Dios y el hombre: él es grande y nosotros somos pequeños. Al mismo tiempo el hombre nunca es mayor que cuando se arrodilla ante Dios en una entrega libre. El no creyente que busca a Dios y comienza a orar puede de este modo encontrar a Dios. [Youcat 485]

¿Por qué debemos pedir a Dios?

Dios, que nos conoce completamente, sabe lo que necesitamos. Sin embargo, quiere que “pidamos”: que en las necesidades de nuestra vida nos dirijamos a él, le gritemos, le supliquemos, nos quejemos, le llamemos, que incluso “luchemos en la oración” con él.

 

Ciertamente Dios no necesita nuestras peticiones para ayudarnos. La razón por la que debemos pedir es por nuestro propio interés. Quien no pide y no quiere pedir, se encierra en sí mismo. Sólo el hombre que pide se abre y se dirige al origen de todo bien. Quien pide retorna a la casa de Dios. De este modo la oración de petición coloca al hombre en la relación correcta con Dios, que respeta nuestra libertad. [Youcat 486]

¿Por qué debemos pedir a Dios por otras personas?

Del mismo modo que Abraham intercedió a favor de los habitantes de Sodoma, así como Jesús oró por sus discípulos, y como las comunidades cristianas primitivas cuidaron “no solo [de sus] propios intereses, sino también de los intereses de los demás” (Flp 2,4), igualmente los cristianos piden siempre por todos - por las personas que son importantes para ellos, por las personas que no conocen e incluso por sus enemigos.

 

Cuanto más una persona aprende a rezar, tanto más profundamente experimenta que pertenece a una familia espiritual, por medio de la cual la fuerza de la oración se hace eficaz. Con toda mi preocupación por las personas a las que amo, estoy en el centro de la familia humana, puedo recibir la fuerza de la oración de otros y puedo suplicar para otros la ayuda divina. [Youcat 487]

¿Por qué debemos dar gracias a Dios?

Todo lo que somos y tenemos viene de Dios. San Pablo dice: “¿Tienes algo que no hayas recibido?” (1ª Cor 4,7). Dar gracias a Dios, el dador de todo bien nos hace felices.

 

La mayor oración de acción de gracias es la “Eucaristía” (en griego “acción de gracias”) de Jesús, en la que toma pan y vino para ofrecer en ellos a Dios toda la Creación transformada. Toda acción de gracias de los cristianos es unión con la gran oración de acción de gracias de Jesús. Porque también nosotros somos transformados y redimidos en Jesús; así podemos estar agradecidos desde lo hondo del corazón y decírselo a Dios de muchas formas. [Youcat 488]

¿Qué quiere decir alabar a Dios?

Dios no necesita ningún aplauso. Pero nosotros necesitamos expresar espontáneamente nuestra alegría en Dios y nuestro gozo en el corazón. Alabamos a Dios porque existe y porque es bueno. Con ello nos unimos ya a la alabanza eterna de los ángeles y los santos en el cielo. [Youcat 489]

¿Se puede rezar en cualquier parte?

Sí, se puede rezar en cualquier lugar. Sin embargo un católico siempre buscará los lugares en los que Dios “habita” de un modo especial. Éstos son sobre todo las iglesias católicas, donde Nuestro Señor está presente bajo las apariencias (especies) de pan en el sagrario o tabernáculo.

 

Es muy importante que oremos en cualquier parte: en el colegio, en el metro, en mitad de una fiesta, reunidos con los amigos. Todo el mundo debe estar empapado de bendición. Pero es igualmente importante que acudamos a los lugares sagrados en los que Dios, en cierto modo, nos espera, para que descansemos junto a él, y seamos fortalecidos, repuestos y enviados por él. Un verdadero cristiano no hace “turismo” cuando visita una iglesia. Permanece un momento en silencio, ora a Dios y renueva su amistad y su amor por él. [Youcat 498]

Esto es lo que dicen los Papas

San Juan María Vianney enseñaba a sus parroquianos sobre todo con el testimonio de su vida. De su ejemplo aprendían los fieles a orar, acudiendo con gusto al sagrario para hacer una visita a Jesús Eucaristía. “No hay necesidad de hablar mucho para orar bien”, les enseñaba el Cura de Ars. “Sabemos que Jesús está allí, en el sagrario: abrámosle nuestro corazón, alegrémonos de su presencia. Ésta es la mejor oración”. [Papa Benedicto XVI, Carta para el año de los sacerdotes, 16 de junio de 2009]