All Questions
prev
Anterior:3.23 ¿De dónde proceden los diferentes tipos de arquitectura religiosa?
next
Siguiente:3.25 ¿Qué significan estos gestos, signos y colores?

3.24 ¿Qué es la liturgia?

Liturgia

La palabra "liturgia" proviene del griego y significa literalmente “servicio público”. La liturgia es "la totalidad de los símbolos, himnos y acciones por los cuales la Iglesia manifiesta y expresa su culto a Dios" (Dom Guéranger). En la liturgia expresamos lo que creemos, así como nuestro lenguaje corporal expresa lo que queremos decir. Aún más importante, en la liturgia recibimos la gracia de Dios y su presencia.

La liturgia es algo más grande que nosotros mismos; se trata de Dios mismo. La liturgia de la Iglesia Católica Romana es la misma en todo el mundo. Esto significa que puedes seguir la misa en todas partes, incluso si no entiendes el idioma: todos los gestos y acciones siguen siendo los mismos. La app #TwGOD puede ayudarte con esto: contiene los textos estándar de la Misa en muchos idiomas, para ayudarte a participar en la liturgia dondequiera que estés.

 

La liturgia es la oración común de los cristianos, según los ritos de la Iglesia. Así expresamos nuestra fe en Dios y obtenemos su fuerza.
La sabiduría de la Iglesia

¿Qué es la liturgia?

La liturgia es el culto oficial de la Iglesia.

 

Una liturgia no es un “evento” que consista en buenas ideas y canciones estupendas. La liturgia no se hace ni se inventa. Es algo vivo que ha crecido en la fe a lo largo de los siglos. Un acto de culto es un acontecimiento sagrado y venerable. La Liturgia se vuelve fascinante cuando se experimenta que Dios mismo está presente bajo los signos sagrados y en sus preciosas oraciones, a menudo muy antiguas. [Youcat 167]

¿Qué es lo esencial de toda liturgia?

La liturgia es siempre en primer lugar comunión con Jesucristo. Toda celebración litúrgica, no sólo la Eucaristía, es una fiesta de la Pascua en pequeño. Jesús celebra con nosotros el paso de la muerte a la vida y lo hace accesible para nosotros.

 

El acto litúrgico más importante del mundo fue la fiesta de la Pascua que Jesús celebró con sus discípulos en el Cenáculo la víspera de su Muerte. Los discípulos pensaban que Jesús iba a conmemorar la liberación de Israel del poder de Egipto. Pero Jesús celebró la liberación de toda la humanidad del poder de la muerte. En Egipto fue la “sangre del cordero” la que protegió a los israelitas del ángel de la muerte. Ahora es él mismo el Cordero, cuya sangre salva a la humanidad de la muerte. Porque la Muerte y la Resurrección de Jesús son la prueba de que se puede morir y, sin embargo, ganar la vida. Éste es el verdadero contenido de cada celebración litúrgica cristiana. Jesús mismo comparó su Muerte y Resurrección con la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto. Con el término misterio pascual se designa por ello el efecto salvífico de la Muerte y Resurrección de Jesús. En forma análoga a la sangre del cordero que salvó las vidas de los israelitas en la salida de Egipto (Ex 12), Jesús es el verdadero Cordero pascual, que ha liberado a la humanidad de su encierro en la muerte y el pecado. [Youcat 171]

¿Cuál es el origen más profundo de la liturgia?

El origen más hondo de la liturgia es Dios, en quien existe una fiesta eterna y celestial del amor: la fiesta de la alegría del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Puesto que Dios es amor, quiere hacernos partícipes de la celebración de su alegría y regalarnos su bendición.

 

Nuestros actos de culto terrenos tienen que ser celebraciones llenas de belleza y energía.

Celebraciones del Padre, que nos ha creado, por eso los dones de la tierra tienen un papel tan importante: el pan, el vino, el aceite y la luz, el perfume del incienso, música divina y colores espléndidos. Celebraciones del Hijo, que nos ha salvado, por eso nos alegramos de nuestra liberación, respiramos hondamente escuchando la Palabra, nos fortalecemos al comer los dones eucarísticos. Celebraciones del Espíritu Santo, que vive en nosotros, por eso la riqueza desbordante de consuelo, conocimiento, valor, fuerza y bendición que brota de las asambleas sagradas. [Youcat 170]

¿De qué modo el Padre es fuente y propósito de la liturgia?

En la liturgia el Padre nos colma de sus bendiciones en el Hijo encarnado, muerto y resucitado por nosotros, y derrama en nuestros corazones el Espíritu Santo. Al mismo tiempo, la Iglesia bendice al Padre mediante la adoración, la alabanza y la acción de gracias, e implora el don de su Hijo y del Espíritu Santo. [CCIC 221]

¿Cuál es la obra de Cristo en la liturgia?

En la liturgia de la Iglesia, Cristo significa y realiza principalmente su misterio pascual. Al entregar el Espíritu Santo a los Apóstoles, les ha concedido, a ellos y a sus sucesores, el poder de actualizar la obra de la salvación por medio del sacrificio eucarístico y de los sacramentos, en los cuales Él mismo actúa para comunicar su gracia a los fieles de todos los tiempos y en todo el mundo. [CCIC 222]

¿Cómo actúa el Espíritu Santo en la liturgia respecto de la Iglesia?

En la liturgia se realiza la más estrecha cooperación entre el Espíritu Santo y la Iglesia. El Espíritu Santo prepara a la Iglesia para el encuentro con su Señor, recuerda y manifiesta a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes, hace presente y actualiza el Misterio de Cristo, une la Iglesia a la vida y misión de Cristo y hace fructificar en ella el don de la comunión. [CCIC 223]

Esto es lo que dicen los Papas

¿Qué es la liturgia? Si abrimos el Catecismo de la Iglesia católica… leemos que originariamente la palabra “liturgia” significa “servicio de parte de y en favor del pueblo”.  Si la teología cristiana tomó este vocablo del mundo griego, lo hizo obviamente pensando en el nuevo pueblo de Dios nacido de Cristo que abrió sus brazos en la Cruz para unir a los hombres en la paz del único Dios. “Servicio en favor del pueblo”, un pueblo que no existe por sí mismo, sino que se formó gracias al misterio pascual de Jesucristo. De hecho, el pueblo de Dios no existe por vínculos de sangre, de territorio, de nación, sino que nace siempre de la obra del Hijo de Dios y de la comunión con el Padre que él nos obtiene. [Papa Benedicto XVI, Audiencia General, 26 Sept. 2012]